jueves, 23 de octubre de 2008

JAMÁS (El lado oscuro de los sentimientos)


Ni en mis fotos ni en mi corazón, tan siquiera en mis recuerdos estás, te marchaste una noche de borrachera donde no consumaste el acto sexual que te brindé en bandeja, porque te ibas lejos porque nunca lo has querido.

Mi espera no es eterna, no voy a vivir con la esperanza de que un día vengas con rosas y te enamores de mí porque yo ya lo hice y no lo supiste ver, porque yo ya quise comer barquillos de nata contigo y te excusaste con un dolor estomacal.

Nunca te comería la boca, nunca te escribiría un poema de amor porque las palabras no me salen, el sentimiento ya no fluye y la médula espinal se me hace añicos tan sólo pensar que puedo volver a enamorame de ti.

JUAN come peras y MARÍA se la va las manos.


Juan y María, hartos de aparecer en todos los ejemplos de sintaxis española, decidieron conocerse. Habían ido al cine juntos, se habían peinado el uno al otro, escrito cartas a sus padres y disfrutado fiestas sin saber de su existencia.


María y Juan se conocieron. Juan y María se fueron a vivir juntos a los pocos meses de su encuentro. María y Juan pasaron a ser sujeto múltiple, ya no hacían las cosas por separado, todo lo hacían juntos para desesperación de gramáticos, profesores y alumnos, que vieron como todos sus ejemplos eran boicoteados por la gramatical pareja.

Un día Juan y Maria tuvieron un hijo, al que llamaron Pedro (en honor a un antiguo conocido que también se dejaba ver por los encerados escolares). Pedrito empezó a comer peras, a escribir e-mails (ya estamos en 2008), a jugar a la pelota, a estudiar para aprobar y a ir a fiestas desde su más tierna infancia.


Pedro, que ya alcanza la treintena, está soltero. Ahora todas se llaman Jessis, Jennis o Vanes... Está pensando darse una vuelta por la Gramática Descriptiva y poner un anuncio: "Sujeto omitido busca oración transitiva para amistad y lo que surja"

Teoría sobre los chin@s y su principales dificultades de adaptación fonemática a la lengua española.


El problema de los chinitos es grave, ya que los pobrecillos se aventuran a lo desconocido con un plato de arroz tres delicias y una rosa en la mano como únicas armas de supervivencia. Coincidirá conmigo en que es muy triste viajar a un país nuevo y tan sólo poder decir: “aloz, lollito, pollo” y encima que se te mofen en la cara. Esta reflexión tiene como objeto quitarle la venda de los ojos al mundo y devolverle la dignidad al pueblo chino y a ver si de paso aprenden a pronunciar nuestra preciosa vibrante múltiple.

Dejando el sentimentalismo a un lado voy a pasar a exponer mi teoría esperando que disfruten con su lectura.

Se ha tomado el camino de la diacronia para explicar este fenómeno, yo más bien me centraré en aclarar un simple problema articulatorio. Todos sabemos que los chin@s tienen unos ojos característicos y claro eso les puede afectar a la hora de emitir ciertos sonidos de nuestra lengua, no es que no sepan pronunciar la vibrante múltiple, sino que es un problema de analogía, me explico: los chin@s funcionan por analogía, es decir que mueven la boca como los ojos y entonces si intentan pronunciar la vibrante múltiple con los labios estirados el sonido resultante es un lateral [ l ].

¿Por qué los chin@s funcionan por analogía? y ¿Por qué los chin@s ponen la boca como los ojos?. Son dos preguntas interesantes que voy a intentar resolver para aclarar posibles dudas sobre este revolucionario planteamiento.

La analogía puede explicarse por lo siguiente, los chin@s durante siglos han estado sometidos a trabajos muy mecánicos y repetitivos: decorar a mano muñecas, pintar miniaturas, construir la muralla china... por ello toda su vida es repetitiva y de este modo la analogía también actúa en su cara.

El movimiento de la boca como los ojos también tiene una fácil explicación. Los chin@s cuando vienen a nuestro país tienen que ganarse la vida de cara al público y eso les exige una sonrisa las 24 horas del día, con lo cual sus ojos a pesar de que ya de por sí son achinados sufren un continuo estiramiento que también afecta a la boca por lo que boca y ojos están sincronizados en la misma sintonía de felicidad continua, sino fuera así no venderían ni una triste florecilla. Esto también explica que cuando los chin@s hablan entre ellos siempre estén cabreados, porque deben de estar hasta la coronilla de sonreirnos.

martes, 15 de julio de 2008

Si el mundo fuera / fuese una canción.


Me gustaría escribir la canción más bonita del mundo y después comérmela para que nadie pueda leerla y así no morirme de vergüenza.


Me gustaría que un ejército de monstruos y fantasmas se metiera en mi estómago y devorasen mis pesadillas, esas que no me dejan dormir por la noche y las que me impiden escribir la canción más bonita del mundo.


Porque el día que yo escriba la canción más bonita del mundo será en sueños, donde nadie la pueda ver, excepto mis entrañas, solas ellas y yo como niñas en una fiesta de pijamas.


Esta canción estará llena de sueños normales y corrientes, de margaritas y helados de yogur, las señoritas irán vestidas con tutú y los caballeros con frac azul flotando sobre las nubes al son de la orquesta filarmónica de violines plastidecor.


Las bañeras no se llenarán de sangre, no habrá lloros ni despedidas, los chicos y las chicas harán el amor, porque en mi canción todo el mundo hace el amor, se quieren mucho o lo necesitan mucho.


Las madres se taparán los ojos o se quedarán fuera a menos que traigan tutú y estén dispuestas a hacer el amor.


A todo el mundo le tocará un premio diferente: a las rubias una silla rosa con cojines de algodón donde puedan sentarse cómodamente a leer un libro, a los rubios un trachinas con cinco bolas de regalo para que puedan cazar pájaros en una isla desierta, a las morenas un lavado de pelo de por vida en la mejor peluquería de la ciudad, las veinticuatro horas del día a cualquier hora y en cualquier circunstacia, estén embarazadas o en periodo de lactancia, a los morenos un rizador de pestañas para que se lo regalen a las morenas que se lo agradecerán eternamente con pasteles de manzana que les caerán del cielo con tan sólo una palmada, a las pelirrojas un ordenador portátil con conexión a Internet para que puedan conocer al domador de leones de su vida y a los pelirrjos un neceser con maquinilla y espuma de afeitar y si no tienen barba un rotulador para que se la pinten y aguarrás para que se la afeiten, pero tendrán derecho a que las rubias y las pelirrojas les hagan masajes en los pies todos los miércoles de la semana.


Todo el mundo tendrá miedo dos horas a la semana y será después de comer una rebanada de pan de molde con crema de cacao (en cristiano pan bimbo con nocilla). A unos les darán miedo los zapatos del compañero, a otros los teléfonos rojos. Las ardillas, las pinzas de depilar, las toallas suaves, los oceanos de caramelos, las ovejas a bolos, los semáforos de tres colores, los cromos de la liga de balompié, los sobres de las cartas, los abrigos de las mayores de sesenta y cinco años, las carpetas de las quinceañeras o la mermelada de fresa también estarán entre las posibilidades. Porque a nadie le dará miedo la oscuridad, las arañas, las serpientes, las aves, la soledad o la muerte, esto ya da miedo en la vida real y estamos en una canción, concretamente en la canción más bonita del mundo.


Y con todo esto, si alguien sigue pensando que si la compongo no voy a tragármela, sinceramente, está loco y por ello le aplaudo.

Mundo surrealista*.


Hoy llevo puesto el gorro de la tristeza encima paro no pillar un resfriado que me haga sonreir todo el día, porque he decidido ser una epersona triste con lágrimas de pendientes y sollozos de pulseras.

Quiero pescar todas las margaritas que hay en el fondo del mar, aunque la resaca de la gran borrachera de ayer todavía dura. Compramos un bote de azúcar y nos emborrachamos de felicidad.

Si veo a un payaso por la calle no le tiraré bolitas de papel, simplemente le preguntaré: ¿por qué tu nariz roja hace reír a los niños y gritar a las ancianas?.

Escalaré una montaña, una que me inventaré y pintaré de colores azul turqesa y naranja chillón con grandes laderas de canela y un pico de nieve arroz con leche.

Voy a tejerme una bufanda con los hilos de la última sonrisa que me dedicaste pra recordar que un día tu y yo fuimos felices nadando en el estanque de los peces con aletas de cristal.

Viajaré a la selva donde los hombres se engalanan con pelucas rubias rizadas y comen escarabajos peloteros para cenar, me compraré una peluca morena para que me devoren en su cazuela metálica junto con los escarabajos recolectados para la cena.

Quiero escribirle una carta a mi abuela, pero está muera y nunca viene a visitarme, está jugando a la comba en el cielo con Marilyn y sus amigas, pero estoy segura de que un día se cansará de batir la cuerda y bajará a tomar el té con pastas de las cinco.

Deseraría inventar una frase chispeante que todo el mundo recuerde cuando se golpee el dedo gordo del pie con un martillo, no sin antes hacerle la cena a mi periquito Pablo y jugar al parchís con mi gato Alfredo.

Sólo me queda rezar para que mi madre no se entere de que me he pintado las uñas color calzoncillo de fesa.


* Surrealista adj. De [o del ] surrealismo*./adj. y n. Adepto a él. /adj. Extravagante o absurdo.

* Surrealismo m. Movimiento literario y artístico surgido después de la Primera Guerra Mundial y relacionado con las teorías psicoanalíticas, cuyas obras pretenden ser una manifestación del subconsciente.

viernes, 11 de julio de 2008

Mocos


Me gusta un chico que se come los mocos. Me gustaría que los compartiera conmigo, pero soy demasiado tímida, me da vergüenza que piense que también a mí me gustan. Lo veo pasar y hacer redondas pelotillas, juega con ellas y se divierte tirándolas al aire. Es todo un arte el que ha desarrollado con las pegajosas y verdes mucosidades que salen de su linda nariz. Un día me efrié tanto que me pegué días y días pensando en lo bien que se lo pasaría ese chico a mi lado, porque le dejaría que metiera sus dedos en mi nariz y me hicera un ramo de moqueantes rosas de color verde. Sus amigos también se comen los mocos a todas horas, es algo increíble ver a varios chicos todos juntitos con el dedo en la nariz, sin hablarse, tan sólo concentrados en sacar el máximo provecho a sus narices hasta que sangran y se acaba la diversión. Quiero decirle al chico de los mocos que me deje probar uno de los suyos, pero no tengo valor para hacerlo, no quiero que me tome por una pervertida asquerosa que va pidiédole mocos a los demás porque cada uno se come los suyos y no invita a sus veciones a desayunar café con mocos. Pasan los días y mi moquito verde y redondo no me invita a compartir sus babosas intimidades, creo que voy a enamorarme de otro que tenga una afición menos rara como por ejemplo que trepe paredes haciendo el pino o que toque el acordeón con la nariz, pero seguro que deja mocos en las teclas y eso me recuerda a mi moquillo originiario. Achuuuuuuuuuuus, ¡Jesús!

miércoles, 9 de julio de 2008

Boxes in love


Si los humanos tenemos sentimientos (o por lo menos una gran mayoría) y los animales tres cuartos de lo mismo, ¿qué nos hace pensar que los objetos no los tengan también? Vaya usted a saber qué harán cuando cerramos los ojos y nos entregamos al sueño... Yo espero que proclamen su amor a los cuatro vientos, como mis amigas las cajas, lean poemas de Panero, beban malibú con piña, se pinten las uñas color azul pastel o planeen sus próximas vacaciones a Saint-Tropez.